María y Ángela han soplado las velas juntas en un día muy especial para ellas. Porque los cumpleaños siempre son un buen motivo para reunirnos, celebrar, pasar un buen rato y hacer que nuestros mayores se sientan protagonistas.
Esta vez, celebramos los 89 años de María y los 91 de Ángela, una ocasión que merecía una fiesta por todo lo alto. La decoración estaba pensada para ellas, con tarta, regalos, y sobre todo, ¡mucha ganas de pasarlo bien! Gracias a nuestros voluntarios, logramos preparar una sorpresa inesperada para las cumpleañeras. Nada más entrar en la sala, se encontraron con una bienvenida muy alegre y un aplauso que les sacó una sonrisa de oreja a oreja. ¡Fue un día increíble! 💙
🎁 Una tarde para repetir
La celebración estuvo llena de momentos muy divertidos. Durante la fiesta, se proyectaron fotos de momentos importantes de la vida de María y Ángela, lo que generó momentos de nostalgia, pero de mucha alegría por recordar momentos felices. Entre risas y anécdotas, las dos compartieron historias sobre sus infancias y cómo celebraban sus cumpleaños cuando eran jóvenes. Hubo recuerdos de otros tiempos, risas y alguna que otra broma que hizo que todos los presentes se sintieran parte de algo muy especial.
Y cómo no, llegó el momento más esperado de la tarde: el de soplar las velas. Antes de hacerlo, María y Ángela pidieron un deseo, y fue un deseo muy claro: ¡repetir este cumpleaños el próximo año y hacerlo igual o incluso mejor! Y, por supuesto, no faltaremos a esa cita.
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