Félix, un abuelo con esencia diplomática

¡Ya llega el fin de semana! Y con ello mi entrevista semanal a un abuelo 😉

Es el turno de Félix, un hombre con 85 años que tiene una larga trayectoria visitando países de todo el mundo gracias a su super trabajo como diplomático. Y, si eso fuera poco, me comenta que encontró su segunda patria en Brasil, lugar que le robó el corazón 💙

Además, su voz tan grave y su perfecto español, le hicieron partícipe como locutor de radio 📻 en Luxemburgo, donde informaba a los españoles con música de Manolo Escobar.

¡Qué currículum! No os lo perdáis.

AUA: Como no podía ser de otra manera, ¡preséntate a todo Adopta Un Abuelo!

Félix: Pues yo soy Félix y mi edad es 85 años. He nacido en San Sebastián y mi trayectoria profesional la inicié en el banco de Bilbao. Con los años pasé a depender, por circunstancias de la vida, en el consulado de España en varios países y, desde entonces, he pertenecido al Ministerio de Asuntos Exteriores. 

He estado 22 años fuera de mi país destinado en diferentes puestos como cónsul y en la embajada de Luxemburgo y Brasil como canciller.

AUA: ¿Cómo era la casa donde creciste?

Félix: Pues yo recuerdo que vivía en un piso en el centro de San Sebastián. Estaba compuesto por mis padres y una hermana que tiene tres años más que yo. Allí tuvimos una vida muy normal en la que guardo grandes recuerdos.

AUA: Entre esos grandes recuerdos seguro que están tus abuelos. ¿Me puedes contar alguna anécdota de ellos?

Félix: De la que más recuerdos tengo es de mi abuela materna, que era viuda y vivía con nosotros. Como anécdota puedo contar que un día fue a la iglesia y ella llevaba un pantalón muy largo como ropa interior. Y, nada, se le cayó esa prenda en mitad de todo el mundo. Siempre que lo recordamos nos reímos mucho.

Yo quería mucho a mi abuela materna porque era muy buena persona y siempre complementaba el cariño y el amor que también recibía por parte de mis padres.

AUA: No has sido diplomático como tal, pero sí que has tenido esa acreditación toda tu vida. ¿Cómo ha sido posible?

Félix: La acreditación venía por el hecho de que en Luxemburgo tenían pocos diplomáticos al ser un país tan pequeño, pero esa acreditación me trajo grandes beneficios; tenía una matrícula de coche distinta al resto, descuentos en la gasolina y podía comprar en una tienda todo lo que quisiera a precios muy bajos. Y, también, tenía inmunidad judicial. Si cometía un delito no podía ir a juicio.

Como anécdota, una vez me pidieron que declarara como testigo por una invasión que había hecho el partido comunista de Luxemburgo, pero yo me pude negar por esa inmunidad que te comentaba. Yo sabía que iba a ser un juicio contra el régimen del Estado y, según la Convención de Viena, los diplomáticos en esos casos no están obligados a testificar.

AUA: Has viajado por infinidad de países, ¿hay alguno de ellos que te haya robado el corazón?

Félix: Hay uno que me ha robado el corazón y es mi segunda patria; Brasil. Lo primero porque los brasileños son gente muy buena. Lo segundo porque he disfrutado cinco años de mi vida allí y lo tercero es porque tengo recuerdos muy bonitos. Conozco todo el noroeste y el interior de Brasil.

Me destinaron allí y me enamoré del lugar.

AUA: Si te digo que mañana mismo nos vamos de viaje, ¿qué tres cosas imprescindibles para ti meterías en la maleta sin dudarlo?

Félix: Libros para leer y, por supuesto, mi ropa y mis cosas de aseo.

AUA: No hace falta que te diga que tu currículum está completo, pero sí que me gustaría saber qué información difundías cuando trabajabas como locutor de radio.

Félix: Mientras estuve destinado en Luxemburgo, querían que alguien se encargara de una emisión cortita una vez a la semana para los españoles que residían allí. Como no tenían a nadie, y siempre me decían que tenía voz de locutor, me presté a ello. Consistía en dar información del tipo laboral y poner música española de Manolo Escobar.

AUA: Supongo que con la larga vida que has vivido, tendrás algún recuerdo que quieras compartir con todos nosotros…

Félix: Bueno, en Brasil recuerdo que hice un viaje con más turistas en autobús y con todo pagado. Teníamos una guía que nos acompañaba y, cuando terminamos de comer en un restaurante, nos dimos cuenta de que la guía había desaparecido. Resulta que no nos dejaban salir del restaurante hasta que no pagáramos la cuenta y éramos un grupo bastante numeroso. Entonces saqué mi acreditación como diplomático ya mí sí me dejaron irme.

Los demás se quedaron allí hasta las cinco de la mañana, la hora a la que localizaron a la guía.

AUA: Por último, y no menos importante, ¿qué destacarías del voluntario que recibes en Adopta Un Abuelo?

Félix: Destacaría mi experiencia completa. Estoy encantado con mi voluntaria, la que me ha adoptado. Es una mujer muy interesante y me llama con mucha frecuencia. 

En líneas generales estoy muy contento.

Ya os habréis dado cuenta de que leer mis entrevistas te hace conocer mejor la vida de antes y ahora de la mano de uno de los mejores narradores: los abuelos 🥰 Pero, si quisierais adentraros más en profundidad, podéis hacerlo formando parte de la comunidad de Adopta Un Abuelo pinchando AQUÍ.

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