Marino y Asunción: “seguimos queriéndonos como el primer día”

¡Empezamos la semana más romántica del año! 💙 Y es por ello que no he dudado ni un segundo en buscar historias de amor que nos den un vuelco al corazón con tan solo leerlas. Por eso mismo, os adelanto que contaréis con tres relatos sobre este sentimiento que para nada entiende de edades, así que estaros muy atentos al blog 😉

Desde Paracuellos de Jarama he podido conocer a una pareja de enamorados que llevan más de seis décadas de vida juntos en el que se han demostrado cariño a pesar de las dificultades que se han presentado. Ellos son Marino y Asunción, de 81 y 84 años respectivamente. Ambos son castellano-leoneses y se conocieron desde bien jóvenes. ¿Queréis saber cómo llegaron a tener tanto tiempo de amor? ¡Leed con atención! 👇

Todo empezó un día en los años 50, cuando Marino, como de costumbre, se encontraba acompañado de su padre para ir a vender artesanías de pueblo en pueblo cuando conoció a Asunción en un municipio cerca de Saldaña. “Este iba aún con pantalones cortos”, señala Asunción al recordar ese momento, mientras añadía que Marino “zapateaba tras de mí”.

Eran todavía unos chiquillos que se dedicaban a jugar y, entre momentos de risas, saltó la chispa del amor 💕 casi sin darse cuenta lanzándose agua entre ellos. Marino era todo un ligón pero, a pesar de ello, Asunción era su favorita, lo que hizo que ella no dudara en luchar por lo que sentía. Así me lo cuenta: “Marino tenía muchas amigas porque él era muy guapete, y yo siempre me volvía a casa enrabietada cuando mi hermana venía a por mí ya que debía volver antes de que se pusiera el sol”.

Pasó el tiempo, solo se veían de año en año hasta que ella, a los 18, se fue a Madrid. Y, a pesar de todo y gracias a los contactos que Asunción tenía en su familia, consiguieron volver a juntarse en la capital, haciendo de los encuentros puntuales algo más cotidiano. Marino ingresó en el servicio militar obligatorio, ayudado por los primos de ella, lo que hizo que se vieran con más frecuencia y, cuando no podían, siempre echaban mano del teléfono para contarse sus aventuras diarias ☎

Como curiosidad, Marino me detalló cómo recurrió a las autoridades y al mismísimo alcalde del pueblo de Asunción para conseguir que su futura suegra “dejara de reñir tanto a su hija”, avisando de fugarse con ella.

Y… un precioso día sonaron las campanas de boda, dando el mayor paso de sus vidas. Ella con 24 y él con 21, fueron casados por un familiar y trasladaron su vida juntos en Barruelo del Valle. Y, aunque se presentaron muchos inconvenientes por la falta de comodidades, el fruto de su amor concibió a dos hijos que, casualmente, se llamarían igual que sus padres. Bueno, no fue todo tan casual ya que, como me dijo Asunción, “de camino al Registro, Marino se olvidó de que a la niña tenía que llamarla Gema, e improvisó yendo a lo seguro, poniendo mi nombre a nuestra hija” 😂

La vida les fue sonriendo hasta que pudieron comprarse su propia casa en Sahagún, justo al ladito del camino de peregrinación hacia Santiago. Además, emprendieron creando un negocio familiar de ultramarinos, justo donde se encontraba una vieja ferretería. Y, mientras ella regentaba la tienda, él iba con el camión haciendo lo que mejor sabía: vender sus productos por la provincia. 

Como en toda vida, los problemas fueron apareciendo. Pero lo importante es que, después de tantos años, admiten que siguen sintiendo ese cariño y queriéndose tanto como el primer día 🤗 Aunque nos desvelan que, al estar todo el día juntos, discuten por muchas cosas. “Yo reconozco que soy un manazas en la cocina y prendiendo la lavadora, pero la culpa la tiene Asunción, que nunca me ha dejado utilizar nada de eso”, dice Marino de manera entrañable. 

Y, como creo que ya me conocéis un poquito, no me he resistido a pedirles unos consejos de amor:

  1. Paciencia: “Cuando hay amor, todo se puede”.
  2. Consideración: “En los malos momentos, siempre hay que mirar por el bien de los hijos”.
  3. Sensatez: “Pensar bien las cosas y conocer mucho el mundo antes de casarte”.

Antes de despedirme de ellos, me confesaron que desean volver al pueblo que tantos recuerdos les dio, siendo el broche final a esta primera historia de amor tan conmovedora.

Hay cientos de historias de amor que los mayores tienen para nosotros, y este año queremos conseguir que en la semana de San Valentín los abuelos también sean los protagonistas

Si queréis conocer más historias así y ser voluntarios de más parejas de abuelos, recuerda que puedes pinchar aquí para iniciar tu andadura ❣️

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